miércoles, 27 de junio de 2007

FRIDA KAHLO, Centenario de su natalicio


Para celebrar los cien años del nacimiento de la artista mexicana más famosa de México y para unirse al Homenaje Nacional, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) recopiló más de 350 obras de la artista alrededor del mundo en el Palacio de Bellas Artes. Es la primera vez que se encuentran reunidas en un sólo recinto tal cantidad obras de Kahlo, pues muchas de las obras expuestas vienen colecciones particulares de otras partes del mundo como la pintura “Niña con mascara de calavera” proveniente de Japón.
La primer sala de la exposición sólo nos presenta un cuadro de la artista, pero nos sirve para comprender la influencia que tuvo el movimiento socialista en México dentro de su obra, así como la influencia de Diego Rivera, no sólo como pareja sino como artista.
En la siguiente sala encontramos dibujos, acuarelas y grabados, así como un interesante facsimilar de su diario personal (documento poco conocido pues el original se encuentra en resguardo por el valor plástico del mismo) y los primeros dibujos elaborados en alrededor de los años 20’s.
En la sala más grande, en el primer piso del Palacio es donde se encuentra el cuerpo principal de la exposición, pues es donde podemos disfrutar de los óleos más conocidos de Frida, en su mayoría autorretratos. Debemos recordar que el espacio de creación de la artista era un lugar privado y de introspección, es por esta razón que gran parte de su obra la muestra como personaje principal, mas no así el elemento universal de su propuesta plástica.
De los bodegones a los retratos, ya sea por encargo o por pasión pasamos al segundo piso de este coloso de mármol y acero donde tenemos la oportunidad de conocer a una Frida modelo, gracias a las fotografías ya sean de su padre o de su amigo íntimo Manuel Álvarez Bravo.

Es aquí donde podrán observar la famosa fotografía familiar de los Kahlo, donde Frida viste como hombre, elemento importante dentro de toda su obra plástica, pues siempre está cargada de una dualidad donde los hombres suelen ser, a veces, las más bellas mujeres o las mujeres, los más refinados caballeros.
La dualidad y el dolor son los elementos casi universales dentro de sus obras, además del amor profundo por nuestros antecedentes prehispánicos y por los animales; como sus changos o sus perros Xolotzcuintles, los que se convierten en otros de los elementos del lenguaje único de la Maestra Kahlo.
Una de las últimas salas nos muestra una serie de cartas y recados dejados por la artista, donde podremos conocer a una Frida revolucionaria, Frida mexicana, y sobre todo una Frida Mujer, apasionada de la caligrafía y la escritura.
Pero tal vez lo que resalta más en esta exposición, es que ahora la imagen de Frida se ha convertido en una víctima del capitalismo, contrario a todo lo que en esta exposición logramos conocer de ella. Podemos adquirir, dentro de este mismo recinto por un elevado precio, un sinnúmero de afiches con su imagen y obra.